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miércoles, 28 de marzo de 2012

De mi infancia cómo humana

Siempre hay mucho que contar y tanto que aprende en este mundo. De alguna manera me estoy acostumbrando a vivir en él. Pero mis ánimos suben y bajan cómo toboganes y escaleras. A veces me cuesta sangre sudor y lágrimas salir adelante en un mundo en el que me siento incomprendida, diferente.
Cuando era pequeña quería ser igual a los demás, pero en mi intento acentué más las diferencias y me aislé de los demás. Sí, mi infancia y mi adolescencia no fueron nada sencillas y ahora sé, que yo fui la única responsable al respecto. Pero no fue nada fácil. Me diagnosticaron déficit de atención y dislexia desde muy pequeña y me medicaron. Me sentí siempre un bicho raro y quería a toda costa ser normal ¿pero qué es ser normal de todas maneras? Yo era creativa e imaginativa pero yo sentía que mis padres terrenales y el mundo, no me aceptaban. Me convertí en la chica tímida y retraída que tenía problemas en la escuela y quería que fuera diferente. Supongo que ni yo misma me daba cuenta de que ya era maravillosa, porque cómo dije, mis dones estaban hechizados y la única que tiene el poder de deshechizarlos soy yo. A pesar de que aún no encuentro la manera de hacerlo. Me volví aún mas retraída y la tristeza se hizo conmigo.
Ahora acepto que soy diferente y no sólo eso, ahora lo celebro, de alguna manera. De todos modos aún continúo buscando la manera de liberarme de las cadenas invisibles que encadenan mis dones en mi interior. Quiero romper el hechizo y ser libre. Pero, a pesar de que el camino es largo y hay muchos obstáculos, mi historia aún no tiene final.

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