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viernes, 13 de julio de 2012

¿De dónde sacas fuerzas cuando todo perece perdido?

Dicen, que cuando el universo te cierra una puerta, te abre una ventana. Pero a veces cuesta un montón darte cuenta de que , eso que tú crees que  es más oscuridad, es en realidad la dichosa ventana.
Sí, yo sé mucho de eso, a mí se me han cerrado un montón de puertas. Me han rechazado cómo actriz varias veces, cómo escritora otras tantas y cómo cantante también. También me han rechazado de otros ámbitos. Siempre soy demasiado tímida, demasiado inocente, demasiado joven o vieja, demasiado pequeña etc. Nunca soy exactamente lo que están buscando, excepto cuando  no es lo que yo estoy buscando, entonces sí que encajo.
Esta semana se me cerró otra “puerta”, rechazaron mi libro por millonésima vez. Aunque esta vez yo quería creer que iba a funcionar. Por un lado se me cayó el mundo, entonces me entraron un montón de dudas de si soy buena o no. De si estoy haciendo lo correcto o no. En este momento tengo  un montón de confusión, mucha desesperación y ansiedad. ¿Por qué la energía no me favorece? ¿Porque siento que siempre voy en contra de la corriente? ¿Mi vida no fluye? ¿O soy yo la que no la deja fluir? ¿Y si es así cómo podría hacerla fluir?. Porque dejarme llevar por lo que sí tengo,  me suena bastante a rendirse y definitivamente no disfruto lo que hago. No me extrañaría que allí estuviera la respuesta. Pero me molesta demasiado la idea de tener que disfrutar lo que sí fluye en mi vida, cuando no me gusta en realidad. Sí, cómo ya lo he dicho antes, soy muy rebelde y muchas veces pienso que es allí donde tengo que cambiar. Pero de verdad me suena a mediocridad y a fracaso. Aunque por otro lado es en lo único que no estoy fracasando por muy irónico que suene. Muchas veces siento que mi vida está llena de contradicciones. Cuando era pequeña  siento que me obligaron a ser lo que no era y ahora que soy lo que ellos (mis padres, mis maestros y la sociedad) querían, ahora es muy difícil saber quién soy y hacia donde quiero ir yo.
Quizás mi ventana está en el fracaso, pero de momento no logro verla y la rendición, aunque es la única vía que veo, no me acaba de convencer.
Tengo mil preguntas y tal vez ni una respuesta, aunque en teoría están dentro de mí. Me es muy difícil verlo. Lo que está claro es que si algún día quiero volar, ahora tengo que curar mis alas rotas. Mi problema es la impaciencia. Aún no están curadas mis alas y trato de volar y se vuelven a romper.
 En fin, que estoy hecha un lío.