Buscar este blog

martes, 28 de agosto de 2012

La negatividad

Definitivamente hay días en lo que estamos más desanimados y en los que todo parece que va mal. En estos días, me pasa que todo parece más difícil y mis metas se ven cada vez más lejanas. Veo cómo pasa el tiempo y mis objetivos siguen sin cumplirse.  En esos momentos, me gustaría poder decir “me rindo, ya no juego más”. Pero a la vez, me pregunto ¿eso que implicaría? ¿morirse? No quiero morirme. Además también tengo días  muy buenos. Pero esos, que son tan negativos, todo lo veo negro y me parece que el destino me la juega mal y que no avanzo. Pero tampoco sé cómo cambiar mi situación. Se que “hay que ser positivos”¿ Pero qué significa eso? ¿Qué tengo que aceptar y amar lo que me desagrada, en lo que estoy metida, para poder prosperar? ¿Resignarme y ver con buenos ojos lo que me aprisiona? El sitio donde yo me he aprisionado, que no me decido a dejar. Porque tampoco tengo nada más y si lo dejo, volvería a lo mismo. Sí, a veces me ahoga mi trabajo.
Además cuando tengo uno de esos días me hago más preguntas que se costumbre, ¿aunque no me guste lo que tengo, lo tengo que amar para poder tener lo que quiero?

Se supone que un trabajo no te da la felicidad, ni una pareja, ni tener dinero, ni nada material. Se supone, que la felicidad está dentro de ti. Estas son cómo leyes universales, que las han repetido los seres humanos desde el inicio de los tiempo y algo tienen de verdad en ellas. Aunque a veces me molesta un montón tener que regirme con estas.
El caso es que aunque sé que nada externo me daría la felicidad, creo que estaría más tranquila y podría buscar la felicidad con más calma si no detestara tanto la actividad que realizo durante muchas horas, día tras día. Luego, me doy cuenta de que yo misma lo he escogido y que también tiene sus ventajas. Pero cuando tengo un mal día , me ofusco y no veo esto.

Cuando estoy de negativa me juzgo peor y me condeno a mí misma. Únicamente veo cómo a mi alrededor todo el mundo cumple sus sueños y yo sigo en las mismas. No les tengo envidia a estas personas. El que los demás logren sus objetivos, no impide que yo cumpla los míos. Pero me hace sentir muy mal a cerca de mí misma. Porque gente que comenzó conmigo y que tenía las mismas posibilidades que yo, ha triunfado en el ámbito laboral. Y yo siento que todo lo que hago, ha sido en vano y que nada tiene sentido y si pienso por un instante en resignarme y dejar de luchar por mis objetivos. La vida entonces carece de sentido.

Lo único que puedo hacer es seguir adelante, supongo, porque cómo dije también tengo días buenos. Y aunque hoy precisamente tengo uno malo. Mañana puede ser diferente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario